Un gusano feo y despreciado por
todas las personas, emprende un camino hacia un lugar solo donde pueda posarse
por un tiempo, en el camino se da cuenta que no lo tiene muy en cuenta por el
contrario las personas miran para el con malos ojos, es realmente feo y si da
una chanza podría hasta terminar muerto, probablemente este animalito no le
encuentre mucho sentido a su vida solo y despreciado sin un futuro agradable, aparentemente. Sin embargo
por su naturaleza instintiva sigue su camino y encuentra ese lugar donde empieza un proceso
doloroso que lo llevara a donde nunca creyó que llegaría.
Todo empieza cuando después de
colocarse en la posición adecuada este gusano teje un capullo dentro del cual su piel se
desgarra totalmente, ya es un primer dolor horrible que tiene que pasar para
tomar su nueva forma, luego de que ese capullo se endurece la otra parte igual
de difícil y dolorosa inicia, esta es: salir del capullo con su nueva forma y
con unas alas frágiles el que antes era un gusano despreciado ahora es una
linda mariposa sin embardo así como su anterior forma termino dolorosamente, la
nueva también está costando, pues no es nada fácil para ella desprenderse de
ese capullo es tan difícil que creeríamos
que lo mejor sería poder ayudarle a salir para que no sufra tanto, pero aquí va
lo más importante, pues si ayudamos a salir a la mariposa de su capullo ella
será débil y no podrá afrontar ningún desafío en su vida, ni siquiera un corto
vuelo.
Sin embargo cuando ella con toda
sus fuerza logra salir de ese capullo entonces se llenan de fuerzas sus alas para
emprender vuelos de cualquier magnitud, ella está lista, blindada y con fuerzas para lograr su misión
de vida, volar a lo más alto.
Así mismo pasa en nuestras vidas
como la mariposa tiene que pasar por proceso dolorosos, nosotros también pasamos,
no una, sino muchas veces porque en cada prueba nos fortalecemos más, por cada
lucha hay una victoria, te preguntaras porque no hablo de fracaso, pues es
sencillo de responder, por qué no existe
fracasos en la vida de los hijos de Dios, pues aunque los resultados no sean
los esperados la prueba, te permitió aprender, crecer, madurar y eso es una
victoria muy grande pues en cada prueba te vas llenado de fuerzas y tus alas se
hacen más fuerte, para volar más alto y alcanzar nuestra gran meta, cada prueba
no es más que un escalón en la inmensa escalera en la que subimos y que tiene
una dirección segura el Cielo, solo los vencedores lo conquistaran.
“Así también la fe de ustedes,
que vale mucho más que el oro, al ser acrisolada por las pruebas demostrará que
es digna de aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo se revele” (1 Pedro:
1:6)