“Y si alguien me sirviere, mi Padre le honrará.” Juan 12:26
El texto es bien claro cuando dice que serán honrado por Dios aquellos que sirven a Jesús, no a sí mismos o al hombre.
Muchos piensan que ser honrado por Dios es ir para una mayor iglesia, asumir muchas responsabilidades o tener una posición de liderazgo.
Ser honrado por Dios es mucho más que todas estas cosas, que pueden ni ser permanentes en su vida. Imagine que usted cuida de un grupo de la iglesia, de aquí a unos años deciden darle esa responsabilidad a otra persona, ¿entonces eso quiere decir que usted fue deshonrada por Dios? La honra que recibió un día le fue sacada, ¿será eso?
No, la honra de siervo de Dios está relacionada al pueblo, así como fue con Jesús, y es así con nosotros. Sabemos que somos honrados por Dios cuando vemos que lo que hablamos sucede, las personas se convierten, aceptan a Jesús, son bautizadas con el Espíritu Santo, cambian el rumbo de sus vidas, etc. Esa es la honra de aquellos que sirven a Dios.
Continuando con este raciocinio, podemos entonces ver que aquellos que son siervos de sí mismos, que trabajan con la intención de ser reconocidos y aplaudidos, pensando en ganar algo o conquistar alguna cosa para su vida personal, están excluidos de esta palabra y su honra no viene de Dios.
¿Y usted qué pensaba que era ser honrado por Dios?